CAPÍTULOS 42 Y 43
¡HOY MARATÓN!
-Me da la
sensación de que eso tiene mucho más que ver con la influencia de la iglesia
que con ninguna otra cosa -respondió ella-. Bueno, ¿entonces?
Peter sonrió.
Estaba dispuesta a obtener la información que quería.
Capítulo 42
-Me enamoré dos
veces antes de los veinticinco, pero tuve el suficiente sentido común para
reconocer que ninguna de las dos mujeres habría sido una buena compañera de por
vida.
-Ya -dijo Lali,
sin poder dar crédito a lo que escuchaba. ¿Cómo alguien podía tener tanta
sangre fría y ser tan calculador? Era como si para él la vida fuera el juego
del Monopoly-. ¿Y después?
-Después hubo
alguien bastante importante en mi vida. O por lo menos duradero. Su nombre era Eugenia. Creo que la conociste hace mucho tiempo.
Lali recordó
entonces una mujer llamada Eugenia que había estado con él en el registro el día
de su boda.
-¿No era una
mujer rubia, delgada, que trabajaba contigo?
-Sí, sí y sí.
-Pero hablas de
ella como algo pasado.
-Sí.
-¿Por algo que
tuvo que ver con Chris? -dijo Lali casi sin pensar.
-¡Eres muy
intuitiva! -dijo él-. Sí, la separación tuvo que ver con Chris.
Ella esperaba
algo más, una historia, una explicación. No se iba a conformar con unos pocos
datos lanzados al azar.
Lali no era el
tipo de mujer que se conformaba con respuestas vagas.
-¿Qué ocurrió
exactamente?
-Llevábamos dos
años saliendo...
-Pero no vivíais
juntos... -afirmó ella.
-No. No parecía
necesario -le aseguró él.
Lali no pudo
evitar un gesto de sorpresa y él se sintió obligado a explicar el comentario.
-Los dos
teníamos trabajos muy absorbentes y vidas independientes. En el punto en que
esas vidas convergían las cosas iban bien. ¿Para qué variar algo cuando no
funcionaba mal? Eso dicen, ¿no es así?
-¿Ah, sí? -dijo
ella realmente admirada por semejante afirmación-. ¿Qué pasó?
-Cuando Christopher se
quedó huérfano, Eugenia pensó que lo mejor sería darlo en adopción.
El tono de su
voz era grave y amargo.
-Entiendo que tú
no estabas de acuerdo.
-¿Cómo podía
estarlo? ¿Cómo podía apartarlo de la única familia que tenía?
-Mucha gente
podría decir que tú no le puedes dar una familia estable -le dijo Lali-.
Podrían alegar que necesitaba un hogar de otras características.
-¿De verdad
piensas eso?
Lali dijo que no
con la cabeza.
-No -respondió
ella-. No lo creo. Pero no me parece bien que juzgues a Eugenia sólo por un
comentario que podría haber tratado de ser en beneficio del pequeño.
Peter se rió
amargamente.
-Esos no eran
sus motivos. A Eugenia le importaba bien poco el bebé. Seguramente lo veía como
una carga y una molestia. Al fin y al cabo, ¿qué tenía que ver con ella?
Si hubiera amado
a Peter de verdad, habría aceptado gustosa al nuevo hijo de Peter. Lali estaba
convencida de eso, pero no dijo nada.
-Una vez que vio
que era inevitable que Chris se quedara conmigo, quiso venirse a vivir conmigo
para ayudarme.
-¿Y casarse
contigo?
-Bueno, esa era
la idea.
-Pero tú no aceptaste.
Él dijo que no
con la cabeza.
-¿No te habría
simplificado la vida haberlo hecho así?
-¿A quién? A mí
no, desde luego. Si hubiera querido vivir con Eugenia lo habría hecho mucho antes.
Y, desde luego, no la quería cerca de Chris. Algo me decía que no sería bueno
para él -confesó con una extraña sinceridad.
-¿Por qué?
-Porque no le
importaba nada el pequeño. No sentía nada por él. Para Eugenia, Christopher no era nada
más que un bulto molesto al que tendría que tolerar.
-Pero muchas
mujeres sienten eso por sus bebés al principio, aun cuando son sus propios
hijos. Después, se van acercando a ellos y terminan queriéndolos. Eso está
bien. Se presupone siempre que un bebé provoca amor, pero no siempre es así.
-Supongo que yo
no me podía arriesgar a que aquello no ocurriera. De cualquier forma, está
claro que yo no amaba a Eugenia, pues no pude superar su reacción inicial. La
verdad es que aquello me hizo darme cuenta de que llevaba mucho tiempo con
aquella relación sólo porque me resultaba cómoda y requería muy poco esfuerzo
por mi parte.
-Así es que
dijiste adiós.
-No hace falta
que me trates como si fuera el marqués de Sade.
Lali se rió
ligeramente.
-Se podría decir
entonces que fue una de esas separaciones amigables, ¿no?
-La verdad es
que no -admitió él-. La separación nunca puede ser amigable si una de las
partes quiere más que la otra. Si, además, el final de
la relación no se ve más que como un pequeña bache a superar, es que esa
relación jamás debería haber existido.
Sus palabras
fueron como una revelación para Lali. De pronto se daba cuenta de que ella y Pablo
nunca se habían querido. Ambos buscaban algo que no estaba en la persona que
tenían delante: él, el premio de su virginidad; ella, un matrimonio como correspondía
a una chica bien educada en los principios que habían regido durante siglos.
Pablo había
herido su orgullo, pero no sus sentimientos.
Capítulo 43
-Así es que
rompiste con ella y decidiste pedirme a mí que fuera su niñera.
-Algo así.
-¿Por qué, Peter?
¿Por qué pensaste en mí?, ¿Creías que querría a este niño sólo porque había
estado casada con su padre?
-Supongo que ese
fue el motivo, sí –respondió con impaciencia-. La verdad es que no lo sé. Tenía
que llamarte para darte la noticia y, en el momento en que te pusiste al
teléfono, fue como si todo encajara.
-¿Pensaste...
-Que si amabas a
Pablo lo querrías a él.
Lali bajó los
ojos. Tenía que contarle la verdad, era importante dadas las circunstancias que
no hubiera malentendidos entre ellos.
-Nunca quise
realmente a Pablo -le confesó-. Acabo de darme cuenta de ello.
-Ya -respondió Peter
casi ausente, como si estuviera a kilómetros de distancia, como si lo que
acabara de decir Lali fuera una nimiedad.
Ella se sintió
extrañamente decepcionada.
Sé hizo un
silencio cansado y ella debió de quedarse dormida, pues cuando volvió en sí le
dolía el cuello y tenía la boca seca.
Christopher estaba
lloriqueando.
Peter la miró.
Estaba extremadamente pálida, y se preguntó si estaría embarazada. Recordó a
una amiga suya que aseguraba darse cuenta de cuándo estaba en plena concepción.
Era extraña la naturaleza femenina, que a veces tenía esa capacidad de captar
lo intangible.
Pensó de nuevo
sobre la posibilidad de que aquella mujer que estaba sentada a su lado pudiera
estar embarazada de su hijo. El corazón comenzó a latirle con fuerza, con
emoción.
Luego pensó en
lo ocurrido y en lo que podría haber hecho con ella. Ahí decidió no seguir
pensando.
-¡Qué te
parecería si parásemos un rato! Podríamos tomarnos algo.
-¡Me parece
fantástico! Yo cambiaré al bebé, ya que eres tú el que está conduciendo.
Él se rió. No
podía imaginarse un viaje tan duro, con un tiempo tan terrible y un bebé en
compañía de otra mujer que no fuera ella.
Después de
descansar y de otro largo tramo de carretera, llegaron por fin a Madrid, a
Coslada, más precisamente.
Lali conocía
aquel lugar sólo de oídas. Sabía que allí se llevaba a cabo cada año un
importante campeonato de tenis.
Aparte de eso,
no sabía más.
Durante su
estancia en Madrid, siempre había vivido en la Moraleja, en casas de ricos y en
un área rica cuidando de los hijos de los señores.
Una vez casada
con Pablo, alquilaron un pequeño apartamento en Fuenlabrada.
En cuanto Lali
entró en el apartamento de Peter, el corazón le dio un vuelco.
Al darle al
interruptor de la luz, un montón de pequeños focos halógenos se encendieron.
Estaba claro que la iluminación había sido diseñada por un profesional, pues
creaba curiosos efectos, a la vez que mandaba la mayor parte de la atención
sobre el gran piano blanco que había en una esquina.
Lali miró de
arriba a abajo, de un lado a otro. Era el tipo de habitación que se veía en una
revista de decoración.
Peter puso el
porta-bebés en el suelo.
-Ven, te
enseñaré el resto.
Ella lo siguió
hasta la cocina, que parecía el compartimiento expandido de una nave espacial.
Hasta el microondas tenía aspecto de ir a volar de un momento a otro.
Peter llenó la
tetera eléctrica de agua y la encendió.
Se apoyó en la
encimera metálica y la miró con una
sonrisa.
-Bien, ¿qué te
parece?
Lali estaba
acostumbrada a esas cocinas en las que uno se sacudía las botas llenas de
barro, que huelen a guiso, porque siempre hay algo a la lumbre. Miró al horno
con verdadera preocupación.
-No puedo
imaginarme a nadie haciendo pan en esa cosa.
-No hace falta
hacer pan. Tenemos una panadería estupenda en la esquina -dijo él y decidió
salir de la cocina.
Ella lo siguió
obedientemente.
-Ven por aquí,
te enseñaré los dormitorios.
Esa era la parte
que más temía Lali.
Al abrir la
puerta de su habitación, Lali tuvo que contener una exclamación de horror.
Parecía sacada
de una pésima película de los ochenta. Era exageradamente grande y se alzaba
sobre una plataforma de espejos.
-Una
habitación... curiosa -dijo ella, con un inevitable gesto de desagrado.
-No he tenido
tiempo de redecorarla -protestó él y se preguntó por qué le estaba dando
explicaciones sobre su propia casa.
La verdad era
que él también odiaba aquel dormitorio y aquella cama, pero no había tenido el
entusiasmo necesario para cambiarlo. Total, una cama era una cama, después de
todo.
Sin embargo, al
ver el modo en que la miraba ella, se dio cuenta de que eso no era del todo
cierto. Y, hablando de camas...
Se volvió hacia
ella.
-Lali...
Ella sabía por
el tono de voz lo que estaba a punto de decir. Pero no podía evitar que
hablara, no le era posible censurar sus palabras antes de haber sido ni tan
siquiera formuladas.
-¿Sí? -respondió
ella, tratando de no sonar demasiado impaciente.
-¿Qué te
parecería si...?
Continuara... 20 firmas y mas
Hola
Bienvenida a Karen!
Chicas firmen pues! jaja Que si no quieren maratón hoy me dicen y lo cambiamos!
Besos
Masssssssssssssssssssssssssssssss :D
ResponderEliminarPor que siempre cortas en las mejores parte... agradece que es una maraton porque si no -.-
ResponderEliminarojala sea la propocision que quiero
ResponderEliminary no le salga con que le ayude a redecorar la habitacion
ResponderEliminarotro mass ji gabi
ResponderEliminarQ quiere redecorar o compartir habitacion,JAJA
ResponderEliminarNo escucho la confesion de lali en el auto,o no la entendió
ResponderEliminarCada día mejor la nove!
ResponderEliminarYo creop q aun vamos a descubrir algunas cositas más del pasado!
ResponderEliminarEste bebé sí q vino con un pan bajo el brazo como se dice!
ResponderEliminarpregunta? vas a ir subiendo las firmas a medida que avanza la nove?
ResponderEliminarobvio nena es maratón!
Eliminares dificil para una persona tan sumamente ocupada como yo, firmarte! (quien me creo)
ResponderEliminarpero te cuento que me encanta esta novela, me parece linda, tierna!
ResponderEliminarme encanta peter y su raro que se yo forma de ser! y lali con todo lo linda que es, lo buena que es!
ResponderEliminarah y te cuento, es verdad estoy en contra de cualquier metodo en el que se pueda interrumpir un embarazon, como una frase que lei por ahi, abortar no es deshacerse de un problema -o algo asi- es convertirse en madre de un niño muerto! triste! pero real! jajajajaj
ResponderEliminarnooooo como vas a terminar en un que te pareseria si.....??
ResponderEliminarmasssss
mas noveeeee
ResponderEliminarNo he podido firmar los caps anteriores, pero aqui estoy :D
ResponderEliminarme encanta como se esta dando tooodo entre ellos! me encanta!!:D
maaaas nove :D
maaaaaaaaaaaaaaaas
ResponderEliminarmas mas mas mas mas
ResponderEliminarte cuento algo, me desespero esperando tu nove, justamente ayer hasta que no posteaste no me fui a dormir!
ResponderEliminarPeter en su pasado no se enamoró d verdad d nadie,eso confirma mis sospechas desde el principio.
ResponderEliminarMa-ra-Tón Ma-ra-Tón Ma-ra-Tón Ma-ra-Tón Ma-ra-Tón Ma-ra-Tón Ma-ra-Tón Ma-ra-Tón Ma-ra-Tón Ma-ra-Tón Ma-ra-Tón Ma-ra-Tón Ma-ra-Tón Ma-ra-Tón Ma-ra-Tón Ma-ra-Tón Ma-ra-Tón Ma-ra-Tón Ma-ra-Tón Ma-ra-TónMa-ra-Tón Ma-ra-Tón Ma-ra-Tón Ma-ra-TónMa-ra-Tón Ma-ra-Tón Ma-ra-Tón Ma-ra-Tón
ResponderEliminarwiiiiiiiiiiiiiii
Lore456