Nove adaptada por @chari_mar
CAPÍTULOS 46 Y 47
-¿Te importaría
que te preguntara algo? -le pidió Peter.
Lali lo miró.
Sabía lo que venía después, pero era inevitable.
-Sí, dime
-concedió ella.
Capítulo 46
Para un hombre
habituado a hacer preguntas debería de haber sido fácil. Sin embargo, le
resultaba muy difícil articular lo que quería decir.
-Lali, la verdad
es que me resulta difícil...
Ella se paró y
lo miró directamente a los ojos. ¡Difícil para él! ¿Y qué pensaba que era para
ella? Cada mañana se despertaba pensando en cuándo llegaría el día, cada vez
que sentía un retortijón quería ir a ver si le había venido el período.
-Tampoco es
fácil para mí, Peter -le respondió calmadamente.
Peter respiró
profundamente y deseó que nada de aquello hubiera sucedido: la muerte de Pablo,
el compulsivo modo en que le había hecho el amor... Lo único que habría
conservado de todo era a Christopher. Era cierto que los bebés daban mucho trabajo,
pero tenían la facultad de hacer que, de pronto, la vida tuviera sentido.
Pero sí habría
deseado conocer a Lali en otras circunstancias, en otro lugar, de otro modo.
Habría deseado tener la libertad de besarla sin sentirse culpable y triste.
-¿Cuándo
sabremos...
-Pronto
-respondió ella-. Muy pronto.
- ¡ Vamos, Lali!
¿Qué respuesta es esa?
-¿Qué quieres, Peter,
que te dé día y hora? No puedo -respondió ella-. Además, no quiero que me
interrogues cada vez que voy al baño, ni que te dediques a contar los tampones
que hay en el armario para buscar una señal...
Él soltó una
carcajada. ¡Aquella mujer era increíble!
-Si otra persona
hubiera dicho eso, me habría quedado de piedra.
-No me extraña.
Yo lo estoy. No es el tipo de cosas que habría dicho antes.
-¿Qué ha sido lo
que ha cambiado eso? -preguntó él-. No interpretes que me quiera apuntar ningún
tanto por ello.
Estaba
convencido de que su pésima actuación de aquella lejana mañana en el Hotel Bollier
no podía haber cambiado nada.
Lali se encogió
de hombros, aunque sabía cuál era la respuesta.
-Creo que tiene
que ver con la muerte de Pablo.
Peter sintió
celos, unos celos inaceptables pero inevitables.
-¿Porque te
diste cuenta de que, después de todo, sí que lo habías amado?
Ella agitó la
cabeza en un gesto de negación.
-No, en absoluto
-respondió-. Precisamente quiero decir lo contrario.
-Explícate.
Trató de escoger
las palabras adecuadas.
-Yo no sabía qué
significaba realmente la palabra amor. Me casé con Pablo por motivos
equivocados. Me habían educado con la idea de que mi virginidad era una especie
de premio que debía dar sólo después de casada, me sentía sola en Madrid... Con Pablo a mi lado
ya no tenía que pensar por mí misma. Pero nadie me obligó a meterme en aquello,
lo elegí yo -dijo con cierta amargura.
-Continúa -le
rogó él.
-Cuando Pablo se
marchó, me sentí furiosa y vacía. Pero no me puse a analizar cuáles eran mis
sentimientos realmente. Traté de vivir una especie de vida independiente en
aquí en Madrid, de mantener los amigos comunes que tenía con Pablo. Pero mi
corazón no estaba puesto en aquello y el de ellos tampoco. Sin Pablo yo no era
para ellos nada más que media persona. Y en parte tenían razón. El titiritero
que movía la marioneta se había marchado, pero no había cortado los hilos.
Cuando me marché a Argentina no lo hice con la intención de quedarme allí...
-Pero te
quedaste.
-Sí. De pronto,
todo era muy fácil, aunque terriblemente aburrido y muerto. Sin embargo,
aquella situación me ayudaba a dejar mis emociones en un armario y limitarme a
sobrevivir sin más -le confesó y se dio cuenta de que aquel hombre empezaba a
saber sobre ella más de lo nadie había sabido nunca-. Cuando me dijiste lo de Pablo
sentí dolor, por supuesto, pero también me sentí viva. Me di cuenta de que no
podía perder mi tiempo encerrada allí. De algún modo, crecí de repente. Y
decidí que, a partir de aquel momento, iba a ser realmente yo misma.
Peter digirió
aquella confesión con cuidado, consciente de que él también había dado por
hecho muchas cosas, que la había seguido considerando como aquella joven
infantil e inexperta que se casó con su hermano.
Sin embargo, Lali
era en realidad una mujer hermosa, sensible e inteligente. La inexperiencia es
algo que cura la vida. Una mujer como ella había sido capaz de metabolizar
todos aquellos percances de un modo envidiable.
Se dio cuenta de
que, al menos intuitivamente, había respondido a la mujer que había en ella,
deseándola del modo que la había deseado y aún la deseaba.
-Así es que he
arruinado tu vida -dijo él-. Si es que estás embarazada y llevas a mi hijo
dentro.
Lali sintió su
compasión como un regalo, no como un insulto. Había en sus palabras sinceridad
y sentimiento. Ningún hombre en su situación habría dicho mi hijo.
-Me parece que
estás dramatizando un poco - dijo ella-. ¡Tampoco se trata de haber arruinado
mi vida!
Aquel modo de
ver las cosas estaba empezando a desesperarlo.
-Me parece que
te estás tomando todo esto muy a la ligera.
-¿Y qué quieres
que haga? -respondió ella-. Ha ocurrido. Es un hecho consumado. Y lo que sí te
pediría es que dejaras de comportarte como si fueras el lobo malo y yo fuera
caperucita.
-Es que es así
como me siento.
-Pues me estás
haciendo un flaco favor. Yo sabía perfectamente lo que hacía y tú también.
-Pero yo
nunca...
-¡Yo tampoco!
-respondió ella con fuerza-. Pero de un modo inconsciente o que no queríamos
reconocer, tomamos una decisión y nos comportamos de un modo anormal en
nosotros. A todo el mundo le ocurre, ¿sabes Peter? Eso es lo que hace que
seamos seres humanos y no máquinas. Así es que, por favor, ¿te puedes quitar
ese maldito gesto atormentado de la cara y llevarnos a comer algo? Me muero de
hambre.
Y, como ya había
ocurrido en otras ocasiones, Lali lo había dejado sin habla.
Capítulo 47
Lali entró en el
comedor y se sentó a la mesa, justo enfrente de Peter, que estaba dándole de
comer a Chris, entre cajas de cereales y montañas de periódicos.
Estaba
completamente pálida.
-¿Sabes? No lo
estoy -anunció ella.
Peter que estaba
a kilómetros de distancia de allí no la oyó bien. Sus vacaciones estaban a
punto de terminar y no sentía ningún entusiasmo ante la idea de regresar al
trabajo.
Al menos, habían
encontrado la casa de sus sueños, una casa que él jamás habría elegido de no
haber sido por la influencia de Lali.
-¿Qué? -preguntó
él-. ¿No estás qué?
-No estoy
embarazada, ¿qué va a ser? -dijo ella y rompió a llorar.
Peter estaba
habituado a tratar con el llanto de las mujeres por su trabajo ante los
tribunales. Pero era muy distinto tener delante a alguien que lloraba porque le
habían cazado con medio kilo de marihuana a que el llanto proviniera de Lali.
La pregunta era
si debía o no arriesgarse a ir hacia ella, teniendo que dejar a Christopher en su
carrito, con el consecuente griterío, para recibir un no, o debía limitarse a
apaciguar a la fiera desde donde estaba.
Al final, no fue
necesaria una decisión, pues Lali comenzó a interrogarlo de un modo
marcadamente hostil.
-Supongo que
estarás contento -dijo ella.
-¿Contento?-pues
no era la palabra adecuada para describir el vacío que sentía-. ¡Estoy exultante
de alegría!
Su tono era
claramente irónico.
-Pero te has
quitado un peso de encima -continuó ella-. ¿No?
Peter sopesó los
pros y los contras de la situación.
-Supongo que es
un modo de verlo...
Sin duda,
aquello era precisamente lo que jamás debería haberle dicho a Lali en aquellas
circunstancias. El llanto se hizo sonoro y Christopher pronto la acompañó. La escena
era francamente cómica.
-¿Por qué no
tomas un poco de té? -sugirió Peter -. Te sentará bien.
- ¡No quiero té!
Peter terminó de
dar de comer a Chris y decidió dejar que ella es desahogara.
Luego, se llevó
al bebé, para cambiarle el pañal.
Lo metió en la
cuna y lo arropó.
Al menos, los
bebés tan pequeños tenían una ventaja: se pasaban el día durmiendo. Podían dar
mucho trabajo, pero también proporcionaban muchos momentos de relax.
Cuando bajó se
encontró a Lali en el comedor, exactamente donde la había dejado.
De vez en cuando
gimoteaba, pero ya estaba mucho más tranquila.
Puso la tetera y
le hizo un té. También le preparó una tostada con mantequilla.
-Come -le dijo.
-No quiero
-protestó ella.
-Come, por favor
-insistió él.
Ella no tuvo más
remedio que obedecer. Se comió la tostada y se bebió el té. Después de haberse llenado
el estómago se sentía infinitamente mejor.
-Lo siento -dijo
ella.
-No pasa nada
-la miró pensativo-. ¿Te pones así todos los meses?
Lali lo miró
furiosa. ¿Cómo podía ser tan obtuso, tan estúpido?
- ¡Por supuesto
que no! -respondió-. Pero hemos estado bajo mucha tensión y es normal que salga
de algún modo.
-Ya -no podía
dejar de mirarla. La verdad era que se habría pasado todo el día mirándola
gustoso.
Ya no había más
lágrimas en sus ojos. Pero tenía un aspecto indefenso, como si fuera un pequeño
animalillo asustado.
En cierto modo,
se había sentido aliviado por la noticia de que no estaba embarazada. Pero
había cierta tristeza también en saber que no había una semilla suya plantada
en el interior de aquella extraordinaria mujer.
Sin embargo, a
partir de aquel momento eran libres para empezar de nuevo si así lo deseaban,
sin nada que los atara obligatoriamente o, al menos, no hasta que ellos lo
decidieran.
Para que las
cosas siguieran un curso menos acelerado, lo primero que debía hacer era
comprar un buen paquete de condones.
Lali lo miró con
curiosidad. No podía dejar de preguntarse en qué, exactamente, estaría pensando
él.
No obstante, no
se iba a atrever a preguntárselo. La influencia de sus hormonas le hacían
sentirse más vulnerable que de costumbre. Si al menos se hubiera dignado a
rodearla con sus cálidos brazos o algo por el estilo.
Él se sentó de
nuevo y respiró profundamente. La miró y la deseó una y otra vez.
Inconscientemente empezó a calcular cuándo podría empezar a tramar algo para
conseguirlo.
¿Qué demonios
estaba haciendo?
Después de todo
lo que ella le había contado, todavía estaba planeando el modo de llevársela a
la cama.
Lali se había
pasado toda su vida presionada por el resto del mundo. Primero su familia,
luego Pablo, que la había conducido a un matrimonio sólo por el placer de
obtener lo inalcanzable.
¿Es que él iba a
utilizar ahora la pasión para coaccionarla también?
Por supuesto que
la deseaba, con total desesperación. Pero no tenía ningún derecho a forzar las
cosas. Lo que ocurriera debía venir naturalmente, sin juegos, sin necesidad de
convencer a nadie.
Ella levantó los
ojos y él se sintió morir. Quería perderse en aquellos ojos.
-Yo recogeré la
mesa -dijo él-. Vete a descansar un rato. Cuando Chris se despierte nos iremos
a dar una vuelta.
Continuara....
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@vagomi
Para see abogado ,Peter se queda muy a menudo sin palabras delante d LAli.
ResponderEliminarMe perdí k ya no pides firmas,o se acabó la maratón?.
ResponderEliminarMira k en España son las 4:18 d la madrugada,y no tengo nadita d sueño.Así k algún cap más no me viene para nada mal.
ResponderEliminarNo tengo la menor idea xk Peter quiere esperar ,lo k debería hacer es hablarle claro ,y decirle ,lo k todas intuimos desde el principio.
ResponderEliminarLali también está triste x la menstruación ,seguro se había hecho a la idea d estar embarazada d Peter.
ResponderEliminarsoy una genia? o he leido muchas novelas? jajajaja no esta embarazada, puede que por alguna extraña razon si lo este, pero no ya se vio que no!!!!! raro!
ResponderEliminarpero ya estara embarazada, sabes que quiero?
MAS NOVE!
besos valerunchi... isa!
Hola amiguis aca toy .... comentando por aca y hablando con vos y con Vale por TW
ResponderEliminarestoy loca !!!!!!!!!
Ame toda la maraton aunque me quede con un sabor amargo porque Lali no esta embarazada
ResponderEliminarDe verdad, que es una muy buena adaptacion que es hermosa de leer y seguir asi que ya sabes .... ahora me avisas cuando subis capi
ResponderEliminarDe Peter no se bien que decirte ya que por el momento lo dejo en stand by porque aun ni el mismo saber que es lo que quiere con Lali o con Chris asi que por el momento no voy a dejar opinion, solo decir que tiene una forma media rara de enfrentar las situaciones
ResponderEliminarJUMM... como una vez dijieron por hay peter tiene las hormonas a full Xd
ResponderEliminarLa bipolaridad de Lali, es tremenda!! jajaja
ResponderEliminarMe encantó!!!
Lore456