Cambiar Mi Mundo: Capítulo 21

CAPÍTULO 21 

Dedicado a Danii! 

Capítulo 21

Sus ojos se encontraron durante una larga pausa. El silencio se hizo denso y los envolvió como una nube. A Lali se le encogió la garganta y sintió que todo su cuerpo reaccionaba ante la proximidad de él. Tenía una mirada desconcertante, claramente sexual, provocadora y deseable.

Jamás antes había sido tan consciente del sonido que provocaba su propia sangre al fluir por las venas. El corazón estaba a punto de escapársele del pecho.

-¿Quieres que te enseñe? -le preguntó él suavemente.

Lali lo miró completamente desconcertada, preguntándose a qué se refería.

-¿Enseñarme qué?

El levantó las cejas.

-A conducir. ¿Qué pensabas, Lali?

-¿Me vas a llevar al hotel, sí o no? -le preguntó realmente furiosa.

-¿Y si digo que no?

-Entonces tendrás que buscarte a otra que cuide de Christopher -le aseguró, aún sabiendo que ya no podría rechazar la oferta ni llevar a cabo su amenaza.

También sabía que Peter no le permitiría hacerlo.

-Está bien, has ganado -suspiró él dramáticamente. Arrancó el motor.

-Bien, ahora da la vuelta. Pero no hagas demasiado ruido. Después de todo no queremos asustar a la vaca.

Peter continuó riéndose durante un rato mientras se encaminaban al hotel.

-Además, El Hotel Bollier es muy famoso por aquí -le aseguró Lali-. Sería una pena que te marcharas sin verlo.

-Un nombre curioso.

-Lo lleva un hombre también muy curioso. Es un italiano -añadió, como si eso lo explicara todo-. Mira, ahí es.

El Hoter Bollier era un edificio viejo, con sabor a pasado y suficientemente característico como para atraer a un gran número de turista, especialmente italianos e ingleses.

Los padres de Lali lo habían visitado cuando su padre estaba todavía vivo.

Pero la fama del lugar se extendía más allá de Bariloche. Era imposible conseguir una habitación en invierno a menos que se hubiera hecho una reserva con seis meses de antelación.

Lo que atraía a tanta gente era la reputación, de ser un lugar cómodo y con una comida extraordinaria. El chef era impredecible pero técnicamente perfecto.

Durante los meses de verano, era durante la hora de la comida y la cena cuando se llenaba de gentes de la zona, que venían a esperar que algo excitante sucediera.

Y la aparición de ellos dos y un bebé era uno de esos eventos singulares capaces de divertir a todo un pueblo. Lali no sabía cuál iba a ser la reacción que su aparición causaría, pero nunca pensó que podría provocar tal ola de miradas desaprobatorias con un acto tan nimio como entrar en un hotel.

¿Qué le importaba a ella lo que aquellas gentes pudieran pensar o dejar de pensar?

Lo cierto era que, por mucho que se esforzara en no considerar aquellas miradas, era imposible pasarlas por alto. Debería de haber sido de piedra o no haber tenido grado alguno de vergüenza.

-Por aquí -le susurró a Peter.

-¿Por qué hablas tan bajito?

-¿Por qué crees tú?

-Quizás porque no estamos siendo particularmente bien recibidos...

-Exacto -respondió ella-. Vamos a recepción.

Lali, Peter y el bebé atravesaron el silencioso bar hasta pasar por la puerta que comunicaba con el hotel.

Allí estaba sentado Allan Bollier, el propietario, que estaba muy ocupado buscando algo en un catálogo de vinos franceses.

Allan era el famoso italiano que había logrado ser una leyenda en sí mismo.

De joven se había enamorado locamente de Argentina. Había trabajado día y noche hasta reunir dinero suficiente para comprar aquel hotel. Sin reparo alguno, sustituyó el nombre que llevaba colgado en la puerta cientos de años por el que lucía en aquel momento.

Por alguna extraña razón ese acto de valentía le había valido la estimación de todos los de la zona, que acabaron por apoyarlo en todas sus locuras.

Convirtió el hotel en lugar de encuentros varios, donde se celebraban festivales gastronómicos, exhibiciones de bailes y otras cosas por el estilo.

Era considerado un hombre justo y cabal, con opiniones firmes y no muy buen carácter.

Allan Bollier levantó la cabeza y miró a Lali con cierto aire de estar a punto de asesinar a alguien.

-¿En qué puedo ayudarles? -formuló la frase hecha con una sequedad infinita.

-Usted debe de ser Allan Bollier -sonrió Lali.

-Sí, ¿y qué?

-Bueno, me alegro mucho de estar aquí. He oído que este hotel es fantástico -dijo ella en un despliegue de toda su simpatía-. Ahora que estoy aquí puedo asegurar que es cierto todo y cuanto he oído decir.

-Ya.

Lali decidió abandonar el intento de conversación. Sin duda, era aún más excéntrico de lo que nunca habría pensado que alguien podría ser.

-Querríamos una habitación... -dijo Lali con una sonrisa nerviosa-. Bueno, dos.

Continuara.....

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Hola! este capítulo es dedicado a Danii! Te quiero mucho! Estoy encantada de conocerte, eh! Espero hacerlo personalmente algún día! ;) Sos una genia!

PD: la misma imagen del cap 20 pero no me daba tiempo! :$

Espero que les guste!

Besos